Bueno.... tras mucho pensarlo y descubrir que no hay casi nada de esta pareja, me decidí a escribir un fic XD Se situa durante la saga de los Bound, pero como me salté esa saga no estoy muy segura si me invento cosas o no xDD En fin... no me critiquen mucho xDD
BROKEN PRIDE [UraharaXRenji]
Prólogo. Empieza la prueba.
Tres meses. Eso era lo que le había dado de plazo. Tres meses en los que probaría su orgullo gracias a que el destino me lo había puesto en bandeja de plata. Lo que no sabía es que, a pesar de tenerlo todo planeado nada salió como debía, desbaratando mis planes estrepitosamente. Cómo había empezado todo.... no logro recordarlo.
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Una calurosa tarde de verano más, el calor se hacía algo insoportable si no estabas bajo techo o en algún lugar refrescante, por lo que en aquél momento no había ni un alma por la calle. Urahara se encontraba tumbado en la trastienda del almacén, con el ventilador puesto sobre su cabeza y sin el sombrero, los brazos extendidos y los ojos cerrados buscando escapar de ese calor agobiante. No había ni un solo cliente en la tienda, normal, el calor que hacía desanimaba a cualquiera. Escuchaba de fondo jugar a Ururu y Jinta y el sonido del agua correr, lo más probable es que estuviesen jugando con la manguera. Sonrió de lado, no tardaría escuchar a Jinta gritarle a Ururu por cualquier tontería y, efectivamente, a los cinco minutos la bronca llegaba hasta la habitación en la que se encontraba. Repentinamente los gritos pararon, cosa que extrañó al rubio que se incorporó y miró a todos lados, acostumbrándose a la luz ya que al tener los ojos cerrados ahora le molestaba. Volvió a escuchar gritos, esta vez de Jinta y otra persona acercándose cada vez más a la casa. Se colocó el sombrero y salió a lo que era la tienda justo en el mismo momento en el que la puerta de la calle se abría. Detrás de ella apareció alguien con un cubo en la cabeza, gritando hacia detrás donde Jinta se reía con los brazos en su nuca. Alzó una ceja.
- ¿A qué viene tanto alboroto? – preguntó divertido al ver todo aquello. Repentinamente la persona se quitó el cubo de la cabeza, mostrando su pelo rojo como era costumbre recogido en una coleta.
- ¡Maldito crío, te vas a enterar ahora cuando te pille! - tras decir aquello le tiró el cubo, totalmente empapado, girándose luego hacia Kisuke con un tic encima de la ceja, lo que hizo que alzara las manos de manera inocente.
- Me alegro de verte por aquí, Renji.- dijo después, mirándole desde debajo del sombrero. Realmente se sorprendió de verle allí, no sabía a qué había ido. - ¿Y a qué se debe tan agradable visita? – sacó el abanico, realmente hacía calor y además no quería que viera el gesto divertido que se formaba en su cara al verlo de aquella manera.
El gesto de Renji en ese momento se serió de golpe, haciendo que el rubio alzase una ceja aunque ligeramente intuía a qué se debía. Tanto Ururu como Jinta habían entrado también, y como comprendiendo la situación se quedaron en silencio, mirándole.
- Necesito... necesito algunas respuestas.- dijo, frunciendo el ceño y mirando directamente a los ojos de Kisuke. Éste le mantuvo la mirada, serio. Como pudo imaginar, se trataba de eso. Le extrañaba que tras aquél combate no hubiese venido antes, ya que seguramente aquellas preguntas surgirían en el momento, pero seguramente debido al temperamento del otro habría intentado buscar esas mismas respuestas por sí mismo en otro lugar antes que acudir a la tienda. El silencio parecía abrumar al otro, el cual apretó los puños con algo de fuerza.
- ¡Eh! No te quedes ahí plantado en silencio, ¿me vas a hacer caso o no?- otra vez volvía a tener aquél tic encima de su ceja.
El rubio seguía en silencio, pensativo. De repente internamente mostró una gran sonrisa que no dejó salir al exterior, había encontrado la manera de sacar provecho a aquella situación.
- Así que necesitas respuestas... – le dijo, aún desde detrás del abanico.
- Es lo que te acabo de decir, ¿o acaso es que estás sordo?- con el ceño fruncido Renji le contestó.
Urahara alzó un dedo y negó con él, cosa que hizo fruncir más el ceño al pelirrojo.
- Nada de eso, mi amigo.- sonrió, bajando el abanico. – Es solo que... tú buscas respuestas y yo necesito algo de ayuda de tu parte.... así que te puedo ofrecer un trato.
- ... ¿Trato?- manteniendo el mismo semblante, Renji se cruzó de brazos sin dejar de observar al dependiente.- ¿Qué tipo de trato?
Sonriendo, alzó otros dos dedos junto con el que ya tenía, cosa que hizo que Renji alzase una ceja sin entender.
- Tres meses – mirándole desde detrás del sombrero con una sonrisa.- Si eres capaz de aguantar tres meses siendo mi ayudante.... contestaré a todas las preguntas que tengas.
Al escuchar aquello Renji dio un paso hacia atrás con el ceño aún más fruncido.
- ¿¡Tu ayudante!? ¿Y encima tres meses? Debes de estar chalado....- le dijo en cierto tono de mosqueo que solo hizo divertir más a Kisuke.
- Bueno, no hace falta que contestes ahora. Piénsatelo, no soy yo el que busca las respuestas y este trato me perjudica más que me beneficia... – sonrió, volviéndose a esconder detrás del abanico.
- Tsk... – sin decir nada más el pelirrojo salió por la puerta seguido por la mirada de las tres personas que se encontraban en la tienda.
- Kisuke-san... ¿está bien que Abarai-kun se vaya así?- preguntó tímidamente Ururu.
- ¡Claro que está bien, si no ya le habría dicho algo, niña estúpida!- Jinta se lanzó encima de ella y empezó a tirarle del flequillo como siempre, lo que hizo que la otra se quejase.
- Será mejor que vayan acostumbrándose a ver a Abarai-kun por aquí~ - dijo divertido, entrando de nuevo a la trastienda con una leve sonrisa. Los dos se quedaron parados mirando la puerta ahora cerrada.
- ¿Crees que Abarai-kun aceptará? Con lo orgulloso que es dudo que lo haga, creo... – dijo Ururu tímidamente. Jinta seguía mirando la puerta.
- No lo sé, pero el amo tiene bastante confianza en que sí, y sabes que muy pocas veces se equivoca...- dijo el pequeño, serio.
Pasaron dos días desde aquel encuentro, el sol seguía pegando igual de fuerte y Kisuke se encontraba sentado con las piernas cruzadas en la tienda, a la espera de clientes abanicándose con su habitual abanico de papel. De repente la puerta de la tienda se abrió.
- Bienvenido al Almacén Uraha--- -empezó, deteniéndose al ver de quién se trataba y sonriendo levemente.- Bienvenido, Abarai-kun.
El susodicho terminó de entrar a la tienda, cerrando la puerta y pasando hasta estar a la altura de Kisuke
- Me lo he pensado.... y he decidido aceptar el trato.- dijo con el ceño muy fruncido, como si aquella decisión le costase, y Urahara sólo aumentó levemente su sonrisa, tapándose con el abanico.
- Me alegra que hayas tomado esa decisión...- tras decir aquello le tendió la mano.- Entonces, bienvenido al grupo – con una sonrisa, esta vez sin disimularla detrás del abanico.
Renji se quedó mirando la mano un rato y al final la estrechó. Aquél era el inicio de lo que, cuando se dieron cuenta ambos más tarde, era más que un juego.
BROKEN PRIDE [UraharaXRenji]
Prólogo. Empieza la prueba.
Tres meses. Eso era lo que le había dado de plazo. Tres meses en los que probaría su orgullo gracias a que el destino me lo había puesto en bandeja de plata. Lo que no sabía es que, a pesar de tenerlo todo planeado nada salió como debía, desbaratando mis planes estrepitosamente. Cómo había empezado todo.... no logro recordarlo.
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Una calurosa tarde de verano más, el calor se hacía algo insoportable si no estabas bajo techo o en algún lugar refrescante, por lo que en aquél momento no había ni un alma por la calle. Urahara se encontraba tumbado en la trastienda del almacén, con el ventilador puesto sobre su cabeza y sin el sombrero, los brazos extendidos y los ojos cerrados buscando escapar de ese calor agobiante. No había ni un solo cliente en la tienda, normal, el calor que hacía desanimaba a cualquiera. Escuchaba de fondo jugar a Ururu y Jinta y el sonido del agua correr, lo más probable es que estuviesen jugando con la manguera. Sonrió de lado, no tardaría escuchar a Jinta gritarle a Ururu por cualquier tontería y, efectivamente, a los cinco minutos la bronca llegaba hasta la habitación en la que se encontraba. Repentinamente los gritos pararon, cosa que extrañó al rubio que se incorporó y miró a todos lados, acostumbrándose a la luz ya que al tener los ojos cerrados ahora le molestaba. Volvió a escuchar gritos, esta vez de Jinta y otra persona acercándose cada vez más a la casa. Se colocó el sombrero y salió a lo que era la tienda justo en el mismo momento en el que la puerta de la calle se abría. Detrás de ella apareció alguien con un cubo en la cabeza, gritando hacia detrás donde Jinta se reía con los brazos en su nuca. Alzó una ceja.
- ¿A qué viene tanto alboroto? – preguntó divertido al ver todo aquello. Repentinamente la persona se quitó el cubo de la cabeza, mostrando su pelo rojo como era costumbre recogido en una coleta.
- ¡Maldito crío, te vas a enterar ahora cuando te pille! - tras decir aquello le tiró el cubo, totalmente empapado, girándose luego hacia Kisuke con un tic encima de la ceja, lo que hizo que alzara las manos de manera inocente.
- Me alegro de verte por aquí, Renji.- dijo después, mirándole desde debajo del sombrero. Realmente se sorprendió de verle allí, no sabía a qué había ido. - ¿Y a qué se debe tan agradable visita? – sacó el abanico, realmente hacía calor y además no quería que viera el gesto divertido que se formaba en su cara al verlo de aquella manera.
El gesto de Renji en ese momento se serió de golpe, haciendo que el rubio alzase una ceja aunque ligeramente intuía a qué se debía. Tanto Ururu como Jinta habían entrado también, y como comprendiendo la situación se quedaron en silencio, mirándole.
- Necesito... necesito algunas respuestas.- dijo, frunciendo el ceño y mirando directamente a los ojos de Kisuke. Éste le mantuvo la mirada, serio. Como pudo imaginar, se trataba de eso. Le extrañaba que tras aquél combate no hubiese venido antes, ya que seguramente aquellas preguntas surgirían en el momento, pero seguramente debido al temperamento del otro habría intentado buscar esas mismas respuestas por sí mismo en otro lugar antes que acudir a la tienda. El silencio parecía abrumar al otro, el cual apretó los puños con algo de fuerza.
- ¡Eh! No te quedes ahí plantado en silencio, ¿me vas a hacer caso o no?- otra vez volvía a tener aquél tic encima de su ceja.
El rubio seguía en silencio, pensativo. De repente internamente mostró una gran sonrisa que no dejó salir al exterior, había encontrado la manera de sacar provecho a aquella situación.
- Así que necesitas respuestas... – le dijo, aún desde detrás del abanico.
- Es lo que te acabo de decir, ¿o acaso es que estás sordo?- con el ceño fruncido Renji le contestó.
Urahara alzó un dedo y negó con él, cosa que hizo fruncir más el ceño al pelirrojo.
- Nada de eso, mi amigo.- sonrió, bajando el abanico. – Es solo que... tú buscas respuestas y yo necesito algo de ayuda de tu parte.... así que te puedo ofrecer un trato.
- ... ¿Trato?- manteniendo el mismo semblante, Renji se cruzó de brazos sin dejar de observar al dependiente.- ¿Qué tipo de trato?
Sonriendo, alzó otros dos dedos junto con el que ya tenía, cosa que hizo que Renji alzase una ceja sin entender.
- Tres meses – mirándole desde detrás del sombrero con una sonrisa.- Si eres capaz de aguantar tres meses siendo mi ayudante.... contestaré a todas las preguntas que tengas.
Al escuchar aquello Renji dio un paso hacia atrás con el ceño aún más fruncido.
- ¿¡Tu ayudante!? ¿Y encima tres meses? Debes de estar chalado....- le dijo en cierto tono de mosqueo que solo hizo divertir más a Kisuke.
- Bueno, no hace falta que contestes ahora. Piénsatelo, no soy yo el que busca las respuestas y este trato me perjudica más que me beneficia... – sonrió, volviéndose a esconder detrás del abanico.
- Tsk... – sin decir nada más el pelirrojo salió por la puerta seguido por la mirada de las tres personas que se encontraban en la tienda.
- Kisuke-san... ¿está bien que Abarai-kun se vaya así?- preguntó tímidamente Ururu.
- ¡Claro que está bien, si no ya le habría dicho algo, niña estúpida!- Jinta se lanzó encima de ella y empezó a tirarle del flequillo como siempre, lo que hizo que la otra se quejase.
- Será mejor que vayan acostumbrándose a ver a Abarai-kun por aquí~ - dijo divertido, entrando de nuevo a la trastienda con una leve sonrisa. Los dos se quedaron parados mirando la puerta ahora cerrada.
- ¿Crees que Abarai-kun aceptará? Con lo orgulloso que es dudo que lo haga, creo... – dijo Ururu tímidamente. Jinta seguía mirando la puerta.
- No lo sé, pero el amo tiene bastante confianza en que sí, y sabes que muy pocas veces se equivoca...- dijo el pequeño, serio.
Pasaron dos días desde aquel encuentro, el sol seguía pegando igual de fuerte y Kisuke se encontraba sentado con las piernas cruzadas en la tienda, a la espera de clientes abanicándose con su habitual abanico de papel. De repente la puerta de la tienda se abrió.
- Bienvenido al Almacén Uraha--- -empezó, deteniéndose al ver de quién se trataba y sonriendo levemente.- Bienvenido, Abarai-kun.
El susodicho terminó de entrar a la tienda, cerrando la puerta y pasando hasta estar a la altura de Kisuke
- Me lo he pensado.... y he decidido aceptar el trato.- dijo con el ceño muy fruncido, como si aquella decisión le costase, y Urahara sólo aumentó levemente su sonrisa, tapándose con el abanico.
- Me alegra que hayas tomado esa decisión...- tras decir aquello le tendió la mano.- Entonces, bienvenido al grupo – con una sonrisa, esta vez sin disimularla detrás del abanico.
Renji se quedó mirando la mano un rato y al final la estrechó. Aquél era el inicio de lo que, cuando se dieron cuenta ambos más tarde, era más que un juego.